2015/ Marzo/ Cultura/ Por: Omar Franco Duque/
Omar Franco Duque |
En
1884 y 1886 Mercedes Gómez Victoria publicó en Bogotá, en la imprenta de la Nación,
dos novelas tituladas “Los Hijos del Misterio” y “Misterios de la Vida”
prologadas y comentadas por los calificados escritores de la época Luciano
Rivera Garrido y Eustaquio Palacios. Conocida en el ámbito literario de
entonces como “La Gaucha”, regento en Panamá un colegio femenino, recorrió la
costa Atlántica y se radico en Medellín por espacio de varios anos. Falleció en
Buga en 1890, donde había fijado su residencia, a principios del siglo XX.
La
importancia de Mercedes Gómez Victoria no estriba tanto en el puesto de valía
que debe ocupar en el concierto de la historia de la literatura tulueña y
vallecaucana, como quiera que fue no solo su primera novelista sino de las
primeras escritoras en Colombia, al lado de Soledad Acosta de Samper.
La
trascendencia de esta literata nativa gravita en el hecho de haber sido autora
de dos novelas de corte social-protesta finalizando el siglo XIX, cuando la producción
literaria femenina estaba regida por austeros cánones formados por el ideal que
imponía una serie de convencionalismos en la forma y en los temas,
acartonamiento y sumisión que empezó a superarse solo en las primeras décadas
del siglo XX cuando irrumpe en Latinoamérica un movimiento cultural de mujeres
a nivel literario. En sus novelas tuvo una postura crítica que la acercó hacia
el realismo social familiar de la época. Eran tiempos en que la mujer estaba
relegada en la vida social y política.
En
la novela “Misterios de la Vida” de Mercedes Gómez Victoria se encuentra,
remota y positiva raíz el criterio democrático, o el sentido de interpretación
de los hechos históricos, novela que constituye un riguroso cuadro de la situación
política reinante a mediados del siglo XIX, cuando aparecieron los ominosos
“Tribunales de sangre”. Príamo, figura central de la novela, es la expresión de
los padecimientos colectivos.
De
la novela “Misterios de la Vida” el escritor Eustaquio Palacios dijo:
“Misterios de la Vida” es una novela imaginada; los sucesos son verosímiles,
mutuamente bien enlazados y se desarrollan de una manera natural, convergiendo
todos a dar a la obra la unidad artística, hasta terminar por un desenlace
satisfactorio”.
“Hay
entre los personajes caracteres bellísimos y bien sostenidos, así como los hay también
odiosos y antipáticos, que hacen resaltar la verdad de los primeros, necesarios
unos y otros en obras de este género y que hacen en ellas el efecto de la luz y
de las sombras en los cuadros de pintura”.
“El
lenguaje en lo general me parece correcto, el sitio se conserva levantado y hay
pasajes elegantemente escritos”.
“Las
citas de sucesos celebres y las alusiones a héroes de la fábula, hacen ver que
ni la historia ni la Mitología son para Ud. materias extrañas”.
“Lo
dicho hasta aquí se refiere la forma; por lo que respeta a la sustancia hubiera
querido yo que cierta gravísima “falta” social (por no darle otro nombre) no
sirviera de funcionamiento a la trama. Esta novela por lo mismo que es escrita
por una dama, será solicitada con avidez por esposas y por doncellas; y creo
que a esta preciosa porción de nuestra sociedad no debe hacérsele ver que son
posibles faltas de esa clase, mucho menos que ellas son fáciles de cometerse”.
“No
se me oculta que esas tales faltas que Ud. refiere y que yo censuro, no solo
son verosímiles sino hechos reales presenciados por usted misma, y de los
cuales ha variado el nombre de los protagonistas y ocultado el verdadero teatro
de la escena. Tampoco desconozco la semejanza que hay entre la triste suerte de
alguna de las heroínas de su obra con la de Ud. misma; y veo claramente que esa
relación que me hace en su dedicatoria no es otra cosa que un gemido de su corazón,
que llora su propia desventura y un homenaje de gratitud tributado a esa
cristiana y benéfica matrona, en cuyo regazo encontró usted al venir al mundo,
el calor que le negaron aquellos seres despiadados que debían haber sido sus
naturales protectores”.
“Pero
ya que esta narración y en la otra que publico con el título de “Los Hijos del
Misterio”, ha exhalado las quejas justísimas de su alma; deseo que en lo futuro
cambie de tema y trate asuntos simpáticos, conformes con su sensibilidad y con
su carácter. No esta Ud. en el caso de Jorge Sand, de escribir para disculpar
propios yerros ni para acallar remordimientos”.
“Por
los demás, el prólogo del señor Rivera Garrido en un trabajo concienzudo: el
prueba que el juicio crítico pudo leer la obra con mas atención y detenimiento
que yo; y si en algunas partes hace apreciaciones severas esta misma franqueza
da autoridad a los encomios que en otras muchas partes le tributa...” (Carta de
E.P. publicada en “Misterios de la Vida” Obra citada).
Hay
en Mercedes Gómez Victoria, “la gaucha”, toda una vida por desentrañar en su dimensión
cultural, vida que proyecta sobre la comunidad tulueña glorias y merecimientos.
Sin embargo, su nombre no ha tornado el interés entre las nuevas generaciones académicas.
Debieron transcurrir 126 años para que uno de sus dos libros fuera reeditado,
gracias a los auspicios de la Universidad Central del Valle del Cauca.
Es falso o verdadero que esta mujer era pedagoga, y si es correcto dónde puedo leer cuales eran sus pedagogías que aplicaba? me interesa 👏
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