2014/ Noviembre/ EconoticiaS/ Ambiente/


El pasado mes de octubre, y más específicamente el domingo 5, siendo las diez de la mañana los bomberos de Tuluá fueron avisados del inicio de un incendio forestal en inmediaciones del Alto de la Italia, finca Potrerito, corregimiento de Barragán. El señor comandante de bomberos, que se encontraba en el corregimiento de Santa Lucía impartiendo instrucción y capacitación a la Brigada Bomberil de este corregimiento, dispuso de dos unidades para que una vez consiguieran una moto, se trasladaran al lugar de los hechos a verificar la existencia del incendio. Seis horas más tarde de la llamada de los campesinos del sector dos integrantes de esta brigada bomberil reportaron al propio comandante de bomberos Tuluá que efectivamente el incendio existía y ameritaba acción inmediata.

Se iniciaron los preparativos para que la Brigada Bomberíl de Santa Lucía saliera a atender este incendio forestal y solo hasta el día siguiente, es decir, el lunes pudieron conseguir transporte, pues la Brigada no lo tiene pese a las reiteradas peticiones que se han hecho a la comandancia y al municipio; fue precisamente un carrotanque que transporta la leche que aún a costa de la propia seguridad de las 4 unidades bomberiles les arrimó hasta la entrada del sitio donde avanzaba ya la confla- gración y desde donde se tenía que caminar por lo menos hora y media para llegar al sitio exacto del incendio. Por supuesto estos integrantes de la brigada bomberil no pudieron llevar las escasas herramientas que tienen pues no había donde transportarlas.

Con las botas puestas pero no las adecuadas, uniformes no adecuados, las vejigas rotas, iniciaron su titánica labor, incluso exponiendo sus propias vidas. En su ayuda inicialmente acudieron los trabajadores de los contratistas de ASOFORESTAL, quienes según los miembros de la Brigada Bomberíl, tampoco tienen un plan de  contingencia para estos eventos y mucho menos las herramientas adecuadas para los mismos, pues ni siquiera palas ni azadones se encontraron inicialmente, solo había motosierras. Tan solo hasta el martes dieron arribo al sector unidades del cuerpo de bomberos del municipio de Tuluá y se recibió apoyo de otros cuerpos de bomberos de la región quienes en una titánica labor y con el apoyo desde el día jueves de un helicóptero del ejército, solicitado por la Secretaría de Gobierno de Tuluá lograron controlar este voraz incendio luego de que se hubieran consumido literalmente hablando 700 hectáreas, entre cultivos de pino y eucaliptos, bosques nativos y algunas otras vegetaciones propias de esta región.

Quedan muchos y muy serios interrogantes frente a esta catástrofe ambiental y ecológica: ¿Qué tan preparado y qué tanto está funcionando el Comité de la Gestión de Riesgo en el municipio de Tuluá? ¿Cuál es su capacidad de reacción? ¿Con qué recursos y elementos se cuenta  para  responder a  eventos de estas proporciones o similares? ¿Quién es legalmente responsable de este siniestro? ¿Se pudo evitar? ¿Por qué tan solo tres días después de haberse iniciado la conflagración llegaron los bomberos?, ¿tiene o no la empresa ASOFORESTAL y sus contratistas que tener planes de contingencia para estos eventos conociéndose que los residuos y el material que suelta el pino y el eucalipto son de fácil combustión? ¿Son los mismos de alguna manera responsables de esta pérdida irreparable? Y si hace más o menos un año hubo una situación similar que afectó incluso algunos finqueros, ¿por qué no se aprendió la lección? ¿Hubo manos criminales?

Sorprende además que como todo en estas latitudes se haya echado en el cajón del olvido, “aquí no ha pasado nada”, pareciera ser la frase acuñada para todo. ¿Acaso no es esta tragedia más grave que la de Cundinamarca? ¿Qué papel juega y qué dice la CVC? Por favor que alguien nos diga, ¿quién responde? Que la CVC y las demás autoridades ambientales presenten un informe a la comunidad con el balance de la tragedia ambiental y ecológica y los planes de contingencia para atenderla. Que se pronuncie la Procuraduría Ambiental, que alguien haga algo pero una situación como la vivida no puede ser una más en esta tierra del olvido y solo volvernos a ocupar cuando los titulares de los medios anuncien que estamos viviendo y repitiendo, una vez la Crónica de una tragedia anunciada.

Colofón: A los amigos campesinos de la Brigada Bomberil, que son voluntarios, que prestan sus servicios en condiciones precarias, ni siquiera el combustible les fue reconocido. Desde este medio nuestro reconocimiento sincero y nuestra felicitación.


0 comentarios :

Publicar un comentario

 
Top