2014/ Noviembre/ EconoticiaS/ Veeduría/

Aunque un grueso de la población reconoce y solicita a través de los presidentes de la juntas de acción comunal los reductores triples de velocidad, la construcción de los mismos también ha generado la protesta y el inconformismo de otro número importante de ciudadanos y especialmente los conductores de vehículos y muy especialmente la población con discapacidad.


Sin bien es cierto se reconoce la necesidad en la mayoría de los sitios donde han sido construidos, también es cierto que la gran mayoría han sido construidos sin las especificaciones técnicas y en muy poco tiempo de ser construidos se decoloran convirtiéndose en trampas mortales muy especialmente para los motociclista.

La población discapacitada a través de sus voceros ha manifestado su inconformismo e intención de tutelar su derecho a la movilidad, pues a las graves limitantes que en ese sentido presenta el municipio se suma ahora la construcción por doquier de estas barreras para su movilización muy espacialmente en silla de ruedas toda vez que se carece en los andenes y en los mismos reductores un espacio o sistema que facilite su movilización.

De nuestra cosecha preguntamos, ¿han sido solicitados esa gran cantidad de reductores en el municipio de Tuluá? ¿Quién es el señor o la firma contratista que a pesar de quedar mal hechos, según los entendidos, se siguen contratando y haciendo de igual manera? ¿Qué clase de pintura se está utilizando que duran tan poco tiempo pintados? ¿Existen o no interventoría y pólizas de cumplimiento con estos contratos? ¿Se adelantaran las correspondientes acciones de repetición en las demandas en las que se condene al municipio por los accidentes ocasionados presuntamente por la falta de pintura o malas especificaciones técnicas de estos mal llamados reductores de velocidad? Amanecerá y veremos.


0 comentarios :

Publicar un comentario

 
Top