Lamentablemente el tramo de La Marina a la Moralia, está literalmente acabado pese al esfuerzo del administrador del Centro Recreacional Las Marías por hacer algún mantenimiento a costa de su propio bolsillo.
2016/ Edición Marzo/ EconoticiaS
Desde hace varios años ya, la vía Tuluá La Marina-La Moralia, se ha convertido en un verdadero calvario el tener que transitarla. Basta con cruzar el puente de la
doble calzada a la altura del barrio la Santa Cruz, para empezar el viacrucis.
Un hueco allí, otro más allá, un cráter aquí y troneras más acá. Esta agonía
para los conductores de vehículos y motos se ha vuelto intolerable, toda vez
que son innumerables los accidentes presentados con lesiones graves para los
involucrados en ellos, esto hasta que se llega justo a la entrada a la empresa
propietaria o explotadora de la cantera. Desde allí hasta la Marina mejora la
vía ostensiblemente, salvo en el tramo de la Curva de los Godos, la que en el
gobierno del hoy Congresista Rafael Eduardo Palau, se tragara literalmente
hablando 500 millones de pesos.
Lamentablemente
el tramo de La Marina a La Moralia, está literalmente acabado pese al esfuerzo
del administrador del Centro Recreacional Las Marías por hacer algún
mantenimiento a costa de su propio bolsillo. Reconociendo eso sí, que en la
pasada administración en convenio con el Comité de Cafeteros construyeron dos
muros de contención sobre el río Morales, lo que salvó a la media montaña de
quedarse incomunicada. También este trayecto de la vía por el mal estado en que
se encuentra ha ocasionado serios accidentes entre quienes a diario la
transitan.
En
el pasado Gobierno este medio de comunicación, en entrevista con el doctor Juan
Carlos Urriago, gerente de INFITULUÁ, para ese entonces afirmó que existe una
clausula en el contrato con el consorcio T12 en la que consta que una vez terminada esa
obra de la transversal 12, esta firma evaluará y
revisará el deterioro ocasionado con el tránsito de las volquetas que cargaron
el material para la misma y las reparchará. Lo cierto es que la Transversal 12
no se termina, el propietario de la cantera sigue vendiendo material a diestra
y siniestra y hasta ahora no ha habido un gobierno capaz de meterlos en cintura
o por lo menos concertar con ellos el tema del deterioro de la vía. Todo lo contrario
se concedió licencia y todas las prerrogativas a la empresa Cemex que con su
maquinaria pesada y especialmente volquetas de gran tonelaje acabó literalmente
hablando con el tramo entre el puente de la Santa Cruz y las partidas para San
Rafael. Pero como si esto fuera poco, sumémosle los carros cañeros del ingenio
Carmelita que ahora transitan para transportar la caña sembrada en la hacienda
Verdún vía a San Rafael.
En
ambas vías, Tuluá-La Moralia y Tuluá-San Rafael, se ha incrementado de manera
significativa la práctica deportiva del ciclismo y por ellas hacen tránsito
también los practicantes del ciclo montañismo lo que aumenta mucho más el
riesgo de accidentes.
Como
decía el Chapulín “¿Y ahora quien podrá defendernos? ¿Será que la nueva
administración o el nuevo personero se interesan por este tema?
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