Si encontraron delitos o hechos de corrupción, señores alcaldes y alcaldesas entrantes, por favor denuncien, lleven a los órganos de control cualquier irregularidad encontrada, es su obligación legal y constitucional.
2016/ Edición Marzo/
Editorial
Pareciera
que aún no hubiesen terminado las campañas políticas que definieron alcaldías,
concejos, asambleas y gobernaciones. Se volvió común denominador en todo el país,
pero muy especialmente en nuestro Valle del Cauca, continuar la contienda
electoral y en aquellos municipios donde las alcaldías se perdieron por parte
de los alcaldes de turno y en algunos otros casos en donde la pelea política es
de vieja data. El juego sucio, la desinformación, el espejo retrovisor, los
reclamos de aquellos que estuvieron cuatro o más años en poder y no hicieron lo
que ahora quieren que los alcaldes, alcaldesas o gobernadora haga en 60 días de
gobierno, dan a entender que la campaña no ha terminado, que aún, y no se sabe
por cuánto tiempo más, sangraran las heridas en el caso de los perdedores y el
revanchismo y la persecución por parte de los que ganaron.
Esta
práctica en que ha caído la gran mayoría de los municipios no aporta
absolutamente nada al desarrollo de los entes territoriales, pues una cosa es
la oposición seria y reflexiva a la que tienen derecho los opositores de todos
los gobiernos, y otra muy distinta son los palos de ciego, la tiradera de
piedras y el manejo perverso de la desinformación en redes sociales, en medios
de comunicación y hasta en oficinas de prensa de algunas dependencias oficiales.
Hoy
cuando no se han aprobado los planes de desarrollo, cuando los mandatarios
elegidos apenas empiezan a ajustar sus equipos de trabajo y a conocer por
dentro lo que es en realidad la administración pública, resulta innecesario e
inocuo dar madera y señalar a diario sus equivocaciones sin darles un compás de
espera, como incluso lo contempla la norma, pues es costumbre ya evaluar y
revisar cómo les ha ido a cada uno de ellos en sus primeros 100 días de
gobierno.
Por
supuesto muchas serán las equivocaciones, las malas decisiones, muchos los
desaciertos, pero nos parece que más que estar atentos a los mismos deberíamos
estar siendo asertivos, propositivos en temas de ciudad y generando propuestas
que sirvan de insumo para la elaboración de los planes de desarrollo,
constituyendo las veedurías ciudadanas, y generando un clima de convivencia pacífica
en un territorio inmisericordemente azotado por la violencia en todas sus
modalidades. No podemos seguir apostándole a cuál alcalde o alcaldesa le
asesinan más ciudadanos en el inicio de su gobierno, si al de turno o al que
pasó; no podemos jugar a que se generen desordenes por parte de los distintos
actores sociales del municipio solo para que al alcalde o alcaldesa le vaya mal
porque fue nuestro contendor político, pues, en últimas, a quien le va mal no
es al alcalde, es a todos los ciudadanos, es la ciudad.
En
términos futbolísticos el partido apenas empieza, se juegan los minutos
iniciales, hay que ser justos y dar tiempo a que el equipo y sus directores
técnicos se acomoden en la cancha y en el transcurso del mismo nos vayan
mostrando si de verdad estaban o no preparados para gobernar, si como en el
juego de este mismo deporte desde afuera es muy fácil hacer los goles, pero
cuando se está dentro de la cancha la cosa es a otro precio.
No
estamos desde aquí pretendiendo acallar a nadie, tampoco violentar el sagrado
derecho a disentir, no somos ni seremos jamás defensores de oficio de ningún
mandatario, no vivimos de la pauta oficial, no somos los saca-micas de nadie;
pero nos preocupa, como medio de comunicación, la polarización tan aguda que se
está viviendo en algunos de nuestros municipios vallecaucanos, convirtiéndonos
los dos bandos en agentes generadores de violencia, violentando el derecho a la
intimidad, al buen nombre, a la presunción de inocencia, solo por el hecho de
pertenecer a un bando contrario en materia política.
Si
encontraron delitos o hechos de corrupción, señores alcaldes y alcaldesas
entrantes, por favor denuncien, lleven a los órganos de control cualquier
irregularidad encontrada, es su obligación legal y constitucional, pero por
favor no más alharaca y shows mediáticos que más parecen cortinas de humo que
realmente denuncias serias, y que lo único que consiguen es atizar y avivar
esta guerra sin cuartel en la que han caído vencedores y vencidos.
Como
diría Moreno de Caro en su slogan: “Dejen Jugar al Moreno”
“Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que
publiques.
Todo lo demás son relaciones públicas”.
George Orwell
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