Gracias al empuje y el fortalecimiento organizativo de los campesinos, se rescata del olvido a las víctimas del paramilitarismo en el Valle del Cauca y se levanta la voz de Basta Ya: Ni impunidad Ni Olvido. Castigo para los principales responsables del Paramilitarismo en el Valle.
2015/ Edición Agosto/ Por: Econoticias
Como la figura mitológica del Ave Fénix, las comunidades campesinas del municipio de
Tuluá renacen de sus cenizas con más fuerza, vigor y esperanza. Ni los ríos de
sangre derramados por la violencia para-militar, ni el terrorismo de Estado, ni
el abandono gubernamental que ha caracterizado los más de 200 años de vida
republicana con políticas claramente anti-campesinas, han logrado hacer
desaparecer la cultura y economía campesina.
En
efecto, el pasado mes de agosto los habitantes del centro y norte del Valle
pudimos atestiguar el resurgimiento de la dignidad, la resistencia y la
esperanza campesinas, con la realización de dos importantes eventos de carácter
departamental que lograron movilizar más de un millar de campesinos de las
distintas latitudes del departamento, e incluso delegaciones campesinas del
Cauca y Nariño.
Partimos de la
memoria...
El
primero de agosto el corregimiento La Moralia se vistió de “Memoria y Dignidad”
para conmemorar los 16 años de la incursión paramilitar en el Valle del Cauca,
iniciada el 31 de julio de 1999 cuando un grupo del Bloque Calima de las AUC
incursionó en esta población asesinando a dos campesinos e iniciando una ola de
violencia que se prolongó hasta el año 2004, dejando a su paso miles de
personas asesinadas, desplazadas y el tejido social de las comunidades
fracturado.
No
obstante las terribles masacres y la sevicia del paramilitarismo para conseguir
aterrorizar y desarraigar a las comunidades, ocupando sus territorios con el
fin de abrirle paso al desarrollo neoliberal-capitalista, la resistencia
campesina supo mantenerse y es así como a través del impulso de la Junta de
Acción Comunal de la Moralia, la Asociación de Trabajadores campesinos del
Valle-ASTRACAVA, y la Red de DDHH Francisco Isaías Cifuentes, se lograron
gestionar los recursos para realizar esta conmemoración, en la que la memoria
de las víctimas junto con la exigencia de verdad, justicia, reparación y
garantías de no repetición, fueron el eje central que motivó la participación
de delegaciones de todos los corregimientos de la zona montañosa de Tuluá, así
como de Sevilla, Buga, Palmira, Pradera, Florida y Cali, quienes llenaron de
significación y espiritualidad el evento con la recordación de sus familiares
asesinados y/o desaparecidos.
Es
de destacar la presencia del Estado a través del Centro Nacional de Memoria
Histórica, quien garantizó los recursos para la conmemoración, así como de la
Unidad Nacional de Victimas, la Alcaldía y la Personería de Tuluá, como
reconocimiento de su responsabilidad ante los oprobios que ha tenido que
padecer el campesinado Vallecaucano. De este modo, gracias al empuje y el
fortalecimiento organizativo de los campesinos, se rescata del olvido a las
víctimas del paramilitarismo en el Valle del Cauca y se levanta la voz de Basta
Ya: Ni impunidad Ni Olvido. Castigo para los principales responsables del
Paramilitarismo en el Valle.
... para seguir
arando un mejor futuro en paz y con justicia social
Entre
el 15 y el 17 de agosto el corregimiento de Venus se llenó de Sabores y Saberes
con la realización del X Encuentro de Sabores y Saberes Campesinos “10 años
sembrado semillas de paz y soberanía para el campesinado vallecaucano”.
A
escasos 30 minutos del casco urbano de Tuluá y como guardián de la Reserva
Forestal Nacional de Venus, esta amable población campesina fue anfitriona de
este importante evento impulsado y organizado por la Coordinación Campesina del
Valle y la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle-ASTRACAVA, con el
apoyo fundamental de la JAC de Venus y sus organizaciones comunitarias, con el
objetivo de recuperar y promover los valores y tradiciones campesinos frente a
la producción agropecuaria, la conservación de las semillas nativas, la
protección de la naturaleza, las relaciones comunitarias, el arraigo al
territorio y al amor por el campo.
En
el marco del Encuentro se realizó el tradicional intercambio de semillas
mediantes un acto simbólico que buscó expresar el tremendo significado que
tienen las semillas no sólo para las familias campesinas sino para el país
entero, como reserva de vida, de soberanía, de conocimiento, etc. Así mismo, se
realizaron juegos tradicionales campesinos rescatando la alegría y el carácter
solidario de los campesinos, y presentaciones artísticas.
Dos
eventos especiales tuvieron lugar en el marco de este X encuentro, a saber, el
IV Festival de Música Campesina, que este afio llevo el nombre del campesino
Melecio Suarez en homenaje a un hombre que dedico su vida a promover y
conservar la música campesina en la región; y la 3ra Constituyente Campesina
por la Paz con Justicia Social, espacio mediante el cual se busca recuperar el
poder constituyente de los campesinos para empoderarlos de su destino y
hacerlos participes de la construcción de paz desde sus territorios. El
encuentro se clausuró con la lectura de la siguiente declaración política:
“A
diez años de la primera versión del Encuentro de Sabores y Saberes Campesinos,
y en medio de la militarización de los territorios campesinos que bajo el Plan
Consolidación va cerrando otro ciclo de violencia para continuar con el despojo
y la profimdización de la injusticia y la desigualdad, regresa de nuevo a este
municipio luego de que en el 2006 fuera impulsado por la coordinación campesina
del valle del cauca (CCVC) por primera vez.
El
X encuentro, retomó los objetivos iniciales de la propuesta de visibilización
del trabajo de las organizaciones campesinas de la región para la recuperación
y el fortalecimiento de la Soberanía Alimentaria, la defensa de las semillas
nativas y criollas, la recuperación de la economía y la cultura campesina,
promoviendo el diálogo de saberes y experiencias comunitarias, la defensa de
los derechos humanos, la reconstrucción de la memoria y las tradiciones
locales.
La
presentación de las plataformas sociales, políticas y populares en las que el
sector campesino converge, como es el PUPSOC, la Marcha Patriótica, ANZORC,
FENSUAGRO, Juventud Rebelde y las organizaciones amigas como la FEU, UP, entre
otras; hacen el llamado inicialmente a mantener y fortalecer el proceso
organizativo y la unidad entre los diferentes sectores que tienen como objetivo
la lucha por la vida y la dignificación del ser, por el bienestar de las
comunidad, por la Paz con Justica Social; desde la movilización y presentación
de mandatos populares que presionen al gobierno local y nacional.
El
proceso de la generación de estos mandatos nace con el sentido de crear poder
popular, que desde las bases de las organizaciones, de la veredas, municipios,
y los diferentes sectores organizados y la gente del común, desarrollen el
deber ser del constituyente primario, que permita avanzar en la generación de
la discusión y el reconocimiento de las problemáticas sociales que se
desprenden de los derechos arrebatados vilmente por los que por muchos años han
mantenido el poder y han mantenido excluido, reprimido y estigmatizado al
pueblo colombiano organizado. Las comunidades campesinas desde sus luchas por
la tierra, el territorio, la soberanía alimentaria y el reconocimiento como
sujetos de derecho, han enfrentado toda la maquinaria impuesta por la
aplicación de políticas neoliberales para desterrarlos, para arrebatarle y
entregarle los territorios y los bienes naturales a las trasnacionales y por
ende la eliminación de la agricultura familiar, la cultura campesina y
ancestral.
El
proceso constituyente, es un proceso del antes, del ahora y del después, donde
debemos conocer y reconocer la historia, y el papel que como sujetos sociales
cumplimos para gobernar nuestro territorio. El proceso debe ser incluyente, el
constituyente primario es el pueblo colombiano, y su objeto la construcción de
mandatos para ser ley; que ordenen y legislen un país más democrático, un país
con justicia social. En la 3ra constituyente campesina trabajada en las mesas
donde la producción y soberanía alimentaria, el territorio y medio ambiente,
los derechos humanos, juventud, mujer y género; y lo político, organizativo y
financiero se volvieron ejes fundamentales para construir una hoja de ruta que
oriente la acción y el trabajo, y alimente y estimule el proceso de
movilización hacia una Asamblea Nacional Constituyente.
En
el marco del proceso constituyente, cabe resaltar la importancia histórica,
política de los diálogos de paz en la Habana-Cuba entre el gobierno colombiano
y las FARC-EP, ya que es un proceso en el que se han discutido cuatro de los
puntos generales de la mesa, entre los cuales incluye el tema agrario,
participación política, de víctimas y de drogas ilícitas; puntos que tocan
directamente a los campesinos. Aunque existen unos acuerdos importantes cabe
resaltar que existen documentos con salvedades que el gobierno no ha querido
discutir, puntos que realmente atañen el buen vivir de los colombianos, puntos
económicos, políticos y sociales estructurales de la situación del conflicto de
nuestro país. Puntos que el pueblo colombiano tiene la tarea de ponerlos en
discusión y aterrizarlos a espacios que se articulen a las iniciativas,
propuestas, mandatos que han construido o se tienen por construir.
Igualmente
se reconoce el proceso y el avance de constitución de zonas de reserva
campesinas, figura que reconoce al campesino como sujeto político. Pretendiendo
contribuir en el ordenamiento y planificación territorial, el fortalecimiento
de la economía campesina, la protección de los bienes naturales, donde se las
comunidades campesinas garantizarían sus derechos de solidaridad y ante todo de
unidad. Donde las actividades culturales reconstruyen la historia, los juegos
tradicionales, el festival de música campesina, el intercambio de semillas, la
comida tradicional, siguen validando una vez más que el campesinado
vallecaucano son custodios, protectores, guardianes de la cultura ancestral y
tradicional.
Saludamos
la decisión del Estado, representado por la Alcaldía Municipal de Tuluá y la
Unidad de Victimas, de apoyar la realización de este X Encuentro como
reconocimiento a la heroica resistencia del campesinado para conservar y
promover sus tradiciones culturales, sociales, económicas y políticas, y como
reconocimiento también del campesinado como sujeto político constructor de paz
y garante de justicia para el pueblo colombiano. Declaramos nuestra firme
posición por la libertad de todas y todos los prisioneros políticos en
Colombia, nuestro respaldo a los pueblos de toda Colombia, Nuestra América y el
mundo que luchan por un sistema no- capitalista y antiimperialista basado en
relaciones de solidaridad y respeto a la autodeterminación de cada pueblo,
donde la producción de alimentos sanos en su propia tierra sea un derecho de
los pueblos y un deber de los Estados, y no meros negocios privados para la
acumulación de capital.
“Por un proceso
constituyente para una
patria del tamaño de
nuestros sueños”
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