2014/ Noviembre/ EconoticiaS/ Editorial/
Innegables ante la opinión pública las diferencias profundas existentes entre el ejecutivo y el Concejo del municipio de Tuluá, los hechos y los discursos de unos y otros así lo demuestran, aunque el señor Alcalde y algunos Honorables Concejales en su respetable diplomacia se empeñen en negarlo.
Tres
hechos puntuales del inmediato pasado no dejan la menor duda sobre el
particular a los analistas políticos y opinión pública en general y son ellos:
La elección de junta directiva anticipada sin el guiño del señor alcalde con la
inclusión en la misma del edil, Marcos Quintero Peña, acérrimo opositor del
gobierno de CHEPE, los dos proyectos de acuerdo presentados por los 17 concejales en
pleno por medio de los cuales retiraban las facultades cedidas al señor
alcalde, José Germán Gómez, García para realizar modificaciones al Plan de Desarrollo y al Presupuesto, con las respectivas objeciones presentadas por el
mandatario, según los concejales con amenaza velada incluida. Y un tercer hecho
trascendental indiscutiblemente fue la elección del secretario de la
corporación edilicia para el próximo año, hecho que significó la descabezada o
pérdida de su cargo al abogado William Peña Sabogal, como una especie de
castigo por ser señalado como el correveidile del señor alcalde de quien además
se afirma era su cuota o recomendado en el Concejo.
Los discursos
increpantes, los debates
de control político y fiscal al rojo vivo y las graves denuncias
realizadas en el marco del desarrollo de la sesiones del Concejo son una prueba
fehaciente que aquí está pasando algo, que aunque es normal, no es a lo que
estemos acostumbrados los tulueños.
Los
gobernados por Chepe Gómez, tenemos derecho a conocer la verdad aunque nos
duela, y entendamos la “diplomacia” con que el señor alcalde ha querido manejar
esta situación, pues aunque el mandatario diga una cosa ante los medios, algunos
de sus secretarios más cercanos dicen otra muy distinta, pero además los hechos
hablan por sí solos. Tenemos derecho a informar como periodistas y a ser
informados como ciudadanos con claridad meridiana de la realidad político
administrativa de nuestro municipio, pues nos están hundiendo en un mar de confusión,
desconfianza e incertidumbre con tantas verdades a medias, presuntas mentiras
verdaderas y señalamientos de unos hacia otros y viceversa.
Es
tan grave la situación que si la mesa directiva del honorable concejo cumpliera
cabalmente con su deber ya debiera haber compulsado copias a los entes de
control sobre las graves denuncias realizadas en el marco de estas sesiones
ordinarias y si como dicen algunos otros del equipo del Alcalde, lo que hay es
un chantaje por mermelada al señor alcalde, pues también este ha omitido y
faltado a su deber como gobernante y ciudadano conocedor de un delito al no
denunciarlos ante la Fiscalía.
Craso
error el de nuestros dirigentes sumergirse en este enfrentamiento abierto, sea
cual fueren los motivos, flaco favor le hacen a la democracia, a la
institucionalidad y gobernabilidad de nuestro municipio y mucho más grave aún
el grado de desconfianza y desprestigio que han generado no solo a nuestros
concejales y a nuestro alcalde, sino a la dirigencia política en general.
Concertación,
dialogo abierto y franco y ante todo seriedad y cumplimiento de los compromisos
que nos permitirían recuperar la confianza perdida y la deteriorada imagen de
una ciudad con tantos problemas al que se le suma esta crisis de
gobernabilidad.
Rechazamos
la doble moral de algunos que siempre han pedido a los concejales y al alcalde
la tan cacareada independencia y ahora que las circunstancias nos están permitiendo el escenario de los debates de
control político y
fiscal, entonces se tilde a quienes
los realizan de extorsionistas. Igualmente desde este medio de comunicación
rechazamos los señalamientos de aquellos que equivocadamente nos quieren hacer
ver como los responsables de esta pelotera por simplemente informar sobre el
acontecer político administrativo de nuestro municipio.
Aún
les queda tiempo, nunca es tarde para reflexionar y enderezar caminos, para
buscar acercamiento y entendimiento que permitan la paz política en este
corazón del Valle. Bastante tenemos ya con la terrible violencia que estamos
afrontando todos. Señores concejales, señor alcalde, señores secretarios, no
polaricemos más a Tuluá. ¿Acaso hemos olvidado la bonita Campaña del Perdón?
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