Denuncias por maltrato y persecución laboral y presuntos hechos de corrupción en el manejo administrativo de la Clínica, han llevado a varios ceses de actividades por parte del cuerpo médico.
2016/ Edición Mayo/
EconotociaS
Una
dura crisis enfrente desde hace varios meses por no decir años la más
importante Institución Prestadora de Servicios de Salud, del nivel III del
suroccidente colombiano y muy especialmente de Tuluá y el centro Norte del
Valle del Cauca a la que otrora hasta pacientes de Cali eran remitidos por la
calidad, oportunidad de sus servicios y por la clase de profesionales de la
salud con que contaba.
Luego
de haber conjurado la intervención de la Súper Salud por haber aparecido en la
lista Clinton, parecía que todo escollo estaba sorteado, pero no ha sido así,
pues hoy más que nunca la Clínica más importante para esta región se encuentra
al borde del naufragio.
El
incumplimiento en los pagos de salarios a enfermeras, médicos, especialistas y
personal que labora en la clínica así como el no pago de la seguridad social,
sumados a denuncias por maltrato y persecución laboral y presuntos hechos de
corrupción en el manejo administrativo de la Clínica, han llevado a varios
ceses de actividades por parte del cuerpo médico, especialistas, enfermeras,
entre otros. Las reiteradas promesas incumplidas por parte del señor gerente Héctor Fabio Álvarez, sumados a los
malos tratos y comportamientos inadecuados por parte de dos de sus funcionarios
considerados sus protegidos y manos derechas, Ana Lucía Le, jefe asistencial y Yasson Yesid Mena Palacios, jefe de farmacia, señalados la primera
de maltratar y perseguir laboralmente a sus compañeros y el segundo de
inclusive presuntos actos de corrupción en al ordenar la compra de medicamentos
e insumos para la clínica, han llevado a que la clínica y su manejo estén hoy
en el ojo de los medios de comunicación, de las autoridades de salud y ha
despertado a los miembros de Junta directiva y personal médico, que buscan los
mecanismos necesarios para salvar a esta institución de un inminente cierre.
Se
ha tratado de aderezar el panorama por parte del gerente de esta institución
señalando en rueda de prensa que el problema de salud es nacional y del sistema
de salud y eso lo entendemos y comprometiéndose a cumplir con las acreencias a
finales del mes de mayo pasado, lo que pudo cumplir parcialmente después de una
reunión con la Viceministra de Salud y los abonos que realizaran algunas EPS de
las que le adeudan dineros a la clínica.
De castaño a oscuro
Hasta
allí pareciera que todo tendiera a mejorar, pero han aparecido otros hechos que
la ciudadanía y muy especialmente los usuarios estamos en pleno derecho de
conocer y que nos hacen presumir que las cosas definitivamente no están ni van a
estar bien si no se aplican los correctivos necesarios y de manera inmediata.
Esos hechos son:
Una
auditoría realizada por la Secretaría de Salud del Municipio, en la que se
evidenciaron graves problemas denunciados por personal médico, de enfermeras y
usuarios, tales como el cierre del tercer piso y la presencia de solo 11
pacientes en el cuarto, y mucho más grave aún y tal como lo reconociera el
propio gerente en la rueda de prensa, hoy la clínica nos presta servicios de
nivel tres de complejidad, solo de nivel dos y cuando están laborando, así
mismo se pudo observar la compra de medicamentos genéricos de menor calidad que
indiscutiblemente afectan la salud de los usuarios e incluso algunos
provenientes del vecino país del Ecuador.
Se
ha podido establecer que el señor Yasson
Yesid Mena Palacios, tiene una investigación activa donde aparece como
indiciado por el presunto delito de acceso carnal abusivo, en la Fiscalía 173
de Medellín, lo que si bien es cierto no lo inhabilita legalmente para ejercer
su cargo en el interior de la clínica si es un hecho que se suma a las
denuncias por presuntos hechos de corrupción y malos manejos, son más que
suficientes para que deje de ser el protegido del señor Gerente, amén de las
denuncias que se han impetrado en su contra en la inspección del Trabajo del
municipio de Tuluá.
Llama
poderosamente la atención y esto lo debe conocer la ciudadanía y los usuarios,
al igual que los señores de la junta directiva, y es que La Superintendencia
Nacional de Salud, mediante la resolución N0 001208 del 16 de julio del año
2010, ordenó separar de su cargo de gerente en la Clínica Santiago de Cali, intervenida al señor gerente o
representante legal Doctor Héctor Fabio Álvarez
Rivera, decisión que fue tomada por circunstancias muy similares a las que
hoy se viven en la Clínica San Francisco, que afectan la prestación del
servicio de salud por parte de la clínica, su estructura administrativa y el
cumplimiento de las condiciones financieras que deben observarse en el marco
constitucional y legal pertinente.
Aquí
también es inminente la afectación de la prestación de los servicios de salud
por parte de la Clínica San Francisco a toda la comunidad usuaria ante la
imposibilidad de los mismos de utilizar los servicios de salud que se
encuentran cerrados por falta de recursos suficientes para tenerlos en
operación.
Así
las cosas no entendemos la paquidermia de los directivos y accionista de la
Clínica San Francisco, al igual que de las autoridades de salud, más que para
salvar la clínica que es muy importante hacerlo, sí para garantizarle el derecho
a la salud a los usuarios en los términos y con la debida observancia de las
normas que rigen el Sistema de Seguridad Social en Salud a fin de superar las
deficiencias administrativas y financieras que están generando la inadecuada
prestación del servicio de Salud.
De
nuestra propia cosecha y bajo el estricto sentido de responsabilidad queremos
expresar nuestro interés porque se supere esta crisis y estamos dispuestos a
aportar nuestro granito de arena como usuarios y como medio de comunicación,
pero de igual manera ponemos en conocimiento de los directivos y de la opinión
pública, que dos hechos enrarecen mucho más el tenso clima que se vive en La
Clínica San Francisco y uno fueron las presuntas amenazas de que fue objeto una
enfermera que lideraba el paro de este sector al interior de la Clínica, quien
renunció a su puesto y no volvió a sonar ni tronar, afirman algunos que abandonó
la ciudad y la otra la llamada que recibió un colega periodista en el que le
“sugerían” no presionar con preguntas tan contundentes al señor gerente porque
era el protegido de los dueños de la Clínica, esto en nada contribuye a sacar
la Clínica de la crisis.
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