La politiquería, la desidia estatal, la falta de voluntad política de los gobernantes locales y departamentales, así como la ausencia total de sentido de pertenencia de tulueños y vallecaucanos, hacen que hoy el Jardín Botánico de Tuluá se pueda considerar como otra especie en vía de extinción.
2015/ Junio/ EconoticiaS/ Patrimonio Ambiental
El
Jardín Botánico Juan María Céspedes, ubicado en zona rural del municipio de Tuluá,
aparece en las páginas del INCIVA y la alcaldía de Tuluá con las siguiente indicación:
“El piedemonte de la Cordillera Central de Tuluá, guarda un tesoro destinado
para investigadores, científicos, amantes de la flora, la fauna y del paisaje
que ofrecen los bosques secos tropicales: el Jardín Botánico Juan María Céspedes.
Este es un importante eje de investigación científica. Su objetivo principal se
centra en promover, realizar y divulgar investigaciones, en el área de los
recursos naturales y la conservación de la flora del Valle del Cauca”.
De
esto y el resto de presentación podemos hoy decir que queda muy poco y que
nuestro Jardín Botánico va rumbo al cierre o la desaparición como tal, por el
olvido estatal y el abandono a que ha sido sometido.
La
grave crisis financiera del departamento y por ende del INCIVA, hace que cada
vez los recursos y el presupuesto destinado al Jardín alcance escasamente para
la nómina, dejando en el olvido el mantenimiento de las instalaciones y lo que
es más grave sin recursos para la investigación que ha sido la razón de ser del
mismo y su logro más destacado.
La
politiquería, la desidia estatal, la falta de voluntad política de los gobernantes
locales y departamentales, así como la ausencia total de sentido de pertenencia
de tulueños y vallecaucanos, hacen que hoy el Jardín Botánico de Tuluá se pueda
considerar como otra especie en vía de extinción.
Con
una Planta de Tratamiento de Agua Potable (PTAP), y otra de Tratamiento de Aguas
Residuales (PTAR) que nunca funcionaron, es decir que no han servido para nada,
construidas por el municipio en la anterior administración con una millonaria inversión,
hoy no cuenta con agua potable y se sigue contaminando el río Tuluá con sus
aguas residuales.
Señor
Gobernador, señor director del INCIVA, señor alcalde, démosle una manito a este
patrimonio ambiental tulueño y vallecaucano.
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