2014/ Marzo/ EconoticiaS/ Edición 94/ Editorial/

Este nueve de marzo se vivirá una nueva jornada electoral para Congreso en Colombia, en un momento histórico para el país por la grave crisis que afronta la dirigencia política de nuestra nación, por hechos que tienen que ver con la corrupción o apropiación de los recursos públicos a través de la contratación estatal en salud, educación, infraestructura, estudios sobre estudios, medio ambiente y demás maneras que se han inventado para saquear el erario.

Imagen tomade de: http://felixjtapia.org

El conducir en estado de embriaguez, el creerse los dueños amos y señores de todo, el cobro de dineros a sus seguidores por un puesto o un contrato, sus vínculos con el narcotráfico e incluso con estructuras mafiosas y paramilitares y la famosa mermelada, entre otras tantas situaciones denunciadas por los medios de comunicación tienen hoy en su punto de opinión más bajo de la historia colombiana.

Es tal el grado de desprestigio de la dirigencia política que el fenómeno del voto en blanco por primera vez en la historia política del país amenaza seriamente unas elecciones de esta naturaleza.

No podríamos decir desde esta tribuna que no existe gente buena y con buenas propuestas por las que se pueda votar, creemos en la democracia así sea maltrecha y sin garantías, así veamos alcaldes y gobernadores, al igual que ministros y al propio presidente poniendo los recursos públicos al servicio de distintas candidaturas. Aun así preferimos la democracia a cualquier dictadura aunque nuestra forma de gobierno cada día se parezca más a una dictadura que a cualquier otra cosa.

Vote como quiera y por quien quiera, pero vote, participe y hágalo a conciencia, no reciba ni exija prebendas a cambio de su voto, pues con este comportamiento usted está siendo igual o más corrupto que aquellos a los que a diario criticamos, no olvide que aquellos candidatos y candidatas que aparecen con millonarios recursos a comprar su conciencia casi siempre los han obtenido de actuaciones corruptas o ilícitas, pues existen una y mil maneras de defraudar el fisco y eso también es corrupción. No puede ser que en una democracia de verdad mientras existen candidatos sin con qué financiar siquiera su publicidad, algunos otros ostenten su poder repartiendo gruesas sumas de dinero a cambio de respaldos sobrepasando cualquier calculo y límite legal de inversión en las campañas sin que las autoridades ni los medios de comunicación siquiera preguntemos de donde sale ese dinero y por qué se invierten tres, cuatro, cinco y hasta diez mil millones de pesos en una campaña al Senado o a la Cámara?

El reto entonces es cambiar el rumbo de la historia, es demostrar que aún nos queda una esperanza, que los colombianos buenos y honrados somos más, que no existe otra manera de derrotar la corrupción y el clientelismo, que la participación activa y consiente en todos los procesos que de una u otra manera nos afectan y, por supuesto, en esta oportunidad está en juego nada más y nada menos que la elección del Congreso de nuestra República, el órgano más importante de nuestro país.

Tenemos igualmente la responsabilidad ciudadana de denunciar los delitos electorales, pues aunque algunos sostengan que aunque se denuncie aquí no pasa nada déjeme decirles que ya no se pueden ir con ese manto a misa, pues aquí sí está pasando, y cosas muy graves y muy grandes en las que políticos, funcionarios y servidores están terminando encarcelados.

No compre, ni venda su voto, denuncié a quien lo haga, denuncie igualmente al funcionario que lo obligue a votar para conservar su puesto, es un deber de todo buen ciudadano.

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