Empacó un par de camisas, un sombrero
Su vocación de aventurero,
seis consejos, siete fotos
Mil recuerdos…
Empacó sus ganas de quedarse
Su condición de transformarse
en el hombre que soñó y no ha logrado

Dijo adiós con una mueca disfrazada de sonrisa
Y le suplicó a su Dios crucificado en la repisa
El resguardo de los suyos
Y perforó la frontera
Como pudo…

2016/ Edición Mayo/ EconoticiaS


Así parodiando el Mojado de Ricardo Arjona, Juan Camilo Palacio Medina, un joven colombiano nacido en Caicedonia un municipio ubicado al norte del Valle del Cauca, pero radicado desde muy niño en Tuluá, la ciudad Corazón del Valle, inició su viaje hacía un mundo desconocido lleno de aventuras, de dificultades, pero también de sueños y oportunidades… Después de haber vendido su moto y recogido algunos ahorritos voló con su maleta llena de ilusiones hacia un mundo donde forjaría su propio destino: Ciudad de Panamá.

Desde su época de estudiante se había ido forjando en un guerrero y luchador de la vida, emprendedor y visionario de negocios, siempre encontró una manera de “quitarnos” la plata honradamente, primero a la familia y luego fue ampliando su círculo de clientela con los amigos y clientes que solo compraban para premiar su emprendimiento y entusiasmo. Que una ensalada de frutas, que una lechona, arroz con pollo, chorizos o carne de cerdo, en fin algo siempre encontró para vendernos.

Y quien lo creyera… Este joven volaba en su avión a Panamá con un tesoro incalculable e invaluable, pues aparte de sus ganas de salir adelante traía consigo unas tijeras de cortar pelo, un blower o secador como le llamamos algunos colombianos, y sus incipientes conocimientos en el maravilloso arte de ser estilista, conocimientos que a decir verdad había adquirido con sus amigos muy en secreto pues sus padres jamás estuvieron de acuerdo con su afición por esta profesión.

Como en todos los rincones del mundo cuando se es extranjero se sufre y muy espacialmente para poder trabajar, ya sea la persecución policial o la discriminación de los nativos del lugar o por celos profesionales o sencillamente por ser de otro país. Pero en honor a la verdad también hay que decirlo los buenos siempre hemos sido más y Panamá sí que sabe de eso, por algo se le llama la ciudad acrisolada, pues es la mejor madrastra del mundo ya que alberga en su seno razas y seres maravillosos de todo el planeta .

Encontró entonces este quijote colombiano la mano amiga de mujeres y hombres panameños, que le brindaron amistad, afecto y apoyo para laborar, algunos compatriotas también fueron decisivos, le abrigaron y apoyaron en su duro inicio del camino.

Reconoce y vive eternamente agradecido Primero del Dios de  sus  mayores,  pero  lleva igualmente tatuados con tinta indeleble en su corazón agradecido a don Benjamín González, su primer jefe, Jazmilka Luiwinett Moran Zamora y Liliana Teran, de quienes sin su apoyo muy seguramente habría tenido que regresar a su país con el rabo entre las piernas, cosa difícil por no decir imposible para un guerrero de su estirpe.

Con las oportunidades que Dios, la vida y los amigos, le brindaron no dudó un solo instante en capacitarse cada día más y más consciente de que en un mercado tan exigente como el de Panamá y en el mundo del estilista el triunfo solo está reservado para los mejores. Viajó entonces a París, a seminarios de capacitación en colorimetría, diseños de corte y tratamientos científicos del cabello. Trabajó muy duro para poder pagar los créditos adquiridos para estas capacitaciones y entendió entonces que si quería salir adelante debía dejar de ser empleado y emprender como siempre lo había hecho, su propio negocio o empresa y empezó como empiezan los grandes…Desde abajo. En su apartamento organizó un mini salón para atender a sus clientas personales y por allí empezó. Para ese entonces ya era uno de los estilistas de la nómina del SALÓN HANDER, cuyo propietario, un paisa a quien llevará por siempre en su corazón por sus enseñanzas e invaluable apoyo y cariño brindados. Pero había llegado el momento de alzar el vuelo y como en la Historia de Juan Salvador Gaviota… Luego de habérselo comunicado a su gran maestro y amigo…VOLÓ…y sigue volando, sus alas se han hecho cada vez más fuertes y resistentes, su espíritu y deseo de seguir su camino rumbo a la excelencia crecen cada día más.

Ya JC ESTUDIO había nacido, en pleno corazón de ciudad de Panamá, en la calle 66 San Francisco frente a Colosal Tower. Su madre muy especialmente y su familia le brindó todo el apoyo moral y económico para el emprendimiento y a pulso, trabajando con amor fue creciendo poco a poco. Hoy hay que decirlo con meridiana claridad y sin perder nunca la humildad, Juan Camilo se cotiza como uno de los mejores estilistas de Panamá y JC STUDIO como una empresa con un gran presente en la innovación de la imagen, no solo se trabaja con calidad sino con gran pasión y profesionalismo.

El pasado 16 de abril gracias a su extraordinario equipo de trabajo celebró por todo lo alto y acompañado de más de un centenar de amigos, familiares y proveedores el Primer Aniversario de JC STUDIO. Una celebración con un sabor agridulce, el triunfo y la alegría de haber llegado al primer año con su empresa en un país que no es el suyo, rodeado de amigos, acompañado de sus padres y hermano…Pero con ese sabor amargo de haber perdido tan solo ocho días antes a su abuelo materno, un hombre que le inculcó valores y principios que hoy conserva y que le enseñó que solo trabajando con amor y honradamente se construyen empresas que triunfen y perduren en el tiempo, un hombre que siempre lo apoyó y le dijo "eche pa’lante mijo que usted es un verraco".

La celebración del primer año de JC STUDIO TRABAJANDO CON AMOR, se vivió con mucho amor, calor humano, amistad. Felicitaciones a la familia JC STUDIO, muy especialmente a su distinguidísima clientela y a su gerente propietario Juan Camilo Palacio Medina.

JC STUDIOYJUAN CAMILO son una clara demostración de que Panamá es mucho más que los papeles con que la quieren estigmatizar.

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