Brigada forestal Bomberíl de Santa Lucía. fotografía de Norbey Palacio Bolívar. |
Cuando hemos defendido
los ríos de la multinacionales y de los terratenientes que acabaron los páramos
y los bosques protectores de los mismos para convertirlos en potreros y criar
ganado nos han señalado de subversivos, cuando hemos pedido a gritos en la
radio y publicado en nuestro periódico que es necesario fortalecer la Brigada
Bomberíl de Santa Lucía y que se creen otras similares en Barragán, Puerto Frazadas,
San Rafael, Monteloro y la Ramada entonces nos señalan de querer direccionar el
presupuesto del municipio hacia la guerrilla. Una Brigada Bomberíl que ni una
moto tiene para desplazarse a controlar y apagar los incendios forestales, que solo en el pasado gobierno ocasionaron pérdidas
de más de 500 hectáreas de bosques nativos, e incalculables cifras de especies
de la fauna y flora de la región, casi toda hoy en vía de extinción.
Para qué rasgarnos
entonces las vestiduras si la plata de la reforestación no se ve y los predios
que supuestamente se compra para conservación de aguas siguen ocupados por sus
antiguos dueños o invadidos por sus vecinos y peor aún, están siendo acabados
los bosques por cuya existencia en esos predios se compraron, porque como ya son del municipio
no les duele a nadie, en la creencia que eso no es de todos, sino del
municipio.
Por qué los recursos
de las fundaciones como Ríos Tuluá Morales se invierten en grandes obras que
benefician a los grandes finqueros o ganaderos de la región en lugar de ser
invertidos en una verdadera y eficiente conservación de las cuencas de nuestros
ríos?
Por ejemplo que
alguien nos diga porque desde hace ocho años todos los predios para
conservación de aguas han sido comprados en un 85 o 90 % en el corregimiento de
Monteloro? Será que de eso tan bueno si dan tanto?
.Río Tuluá sector Jicaramata. fotografía de Norbey Palacio Bolívar. |
Apreciados lectores y
amigos si queremos recuperar nuestros ríos y conservar el agua debemos hacer
frente común contra la corrupción en todas sus facetas. No podemos seguir exigiendo
a nuestros campesinos que nos produzcan y protejan el agua y las cuencas de
nuestros ríos gratis, mientras otros se roban la plata. Menos chachara y más
acción es lo que se requiere con urgencia.
No me importan las
amenazas, los montajes judiciales, ni las calumnias y la persecución en mi
contra, seguiré denunciando y luchando de frente por nuestros recursos naturales
y por nuestros campesinos hasta que el todopoderoso me lo permita. De que nos
sirve amar tanto este corazón del Valle y su gente, si más temprano que tarde
nos vamos a quedar sin agua.
Insólito pero cierto, hoy los corregimientos Santa Lucía, Barragán y Ceylán, entre otros, están padeciendo
racionamiento del vital líquido.
No quiero que nuestros
nietos y descendientes digan que no hicimos nada para evitar la hecatombe climática
que se avecina. Hoy hay física hambre en los campos tulueños, sin agua no hay
cultivos ni ganados, sin agua no habrá vida. Ahora seremos desplazados no por
los tableteos de metralla sino por la desolación de nuestros campos por
falta de agua.
POR EL DERECHO A LA VIDA Y AL AGUA, NI UNA GOTA MÁS DE CORRUPCIÓN.
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